NO HABLARE DE MI AMOR

Tal cual Megara, siento que cumplo una condena a algo que hice en mi vida anterior y no recuerdo. La condena incluye un master en desilusión y una licenciatura en desengaños… pero como todo en el mercado, siempre sale algo nuevo que nadie necesita ni estaba esperando. Y de repente y de la nada, aparece él.
Sisi. Justamente él. El que te hace poner en duda que los 28 candidatos que le siguieron a “ese” fueron solo un juego, el que te hace dibujar corazones en las ies mientras lo rechazas porque “No te interesa tener novio, eso es historia, ya lo sabes todo”. Seguís lastimada y a los últimos boy-toys no les fue muy bien que digamos… tienes miedo de lastimarlo a él que parece querer entregar todo sin nada a cambio y poco le importan los 28 candidatos que se le antepusieron y te pregunta si eres una damisela en peligro cuando tu le gritas que se esfume.

Y cuando me estoy por rendir… recuerdo que al final, cuando Megara lo hace y cree que va a vivir feliz por siempre con su héroe del olimpo a este le agarra un ataque de locura y la mata a ella y a todos sus hijos. Y no, no es un final muy a lo Disney pero siempre el inicio es hermoso. Así que, no insistan mas, no diré que es amor.

POCAS PALABRAS

Es miércoles, mitad de semana, y ya estas deseando que sea fin de semana y nada tiene que ver con el descanso… nono, quieres salir a bailar. Lo mas parecido a eso es llegar al trabajo el jueves con resaca e ir a algún after office esta noche.
Por alguna razón, están llenos de turistas extranjeros y por otra extraña razón algunos parecen semi dioses salidos del olimpo (pero esa es otra historia).
Ya te podes imaginar dando una vuelta por el bar meneando tus curvas latinas cerca de un grupo de ¿ingleses? (No se, no estoy muy segura) y entonces… lo ves: ¡es John Smith en toda su gloria! ¡Y te esta mirando!
No dudas, y el no duda… las palabras están demás… ¿será por qué él apenas habla español y vos hablas cagastellano? No importa, ustedes se entienden más allá de la lengua y juras que en el momento de despedirse sus ojos te decían: "Preferiría morir mañana que vivir cien años sin haberte conocido".
Intentas conseguir alguna forma de contactarlo pero hasta donde le entendiste él parte mañana a un reino lejano y te promete, tan sólo con la mirada, que algún día volverá por ti.

- ¿Por qué sonríes con cara de idiota?- te pregunta tu compañera.
- Nada, nada…- le contestas aun sonriendo.