Hoy soy más egoísta que nunca. Hoy no solo me voy a regocijar en mi
propio sufrimiento. No, eso ya no me basta.
Hoy lo comparto y te hago
cómplice, lector.

miércoles, 23 de junio de 2010

TENGO UN GATO.. ¿Y ahora qué?

No, señoras, no se en que estarán pensando pero la respuesta es absolutamente ¡NO! Estoy hablando de un gato de cuatro patas y cola, que maulla, ¿ok? Si, entiendo la confusión, pero este es un animalito, no un ser humano que no evolucionó. Estoy hablando de Cebolla.

Cuando cumplí los 18 entendí que ninguno de mis sueños se iban a cumplir en plazo... para empezar no estaba organizando una escapada a Las Vegas para casarme con Nick Carter (Se, el cantante rubio y regordete de los backstreet boys)... o sea, ¡ni siquiera lo conocía...! (sese, en mi cabeza ese era el menor de los problemas). EEEUU quedó en el olvido, tampoco apareció ningún vampiro en busca de una compañera del alma (los chupasangre de Ann Rice no tenían sexo en ese entonces... y yo tampoco). El castillo de Disney se hizo humo... y jamas llego el príncipe (más si conocí varios sapos que creen serlo).

En fin, tuve que replanificar todo y poner nuevos plazos: terminar la carrera, conseguir un empleo, mudarme y conseguir un gato. Ok, ya conseguí un gato... ¿y ahora?

No hay comentarios: