NO ODIO SAN VALENTÍN

Me niego a odiar San Valentín... y sin embargo:

En un día como hoy si estas deprimida, desanimada o postrada en un sillón comiendo el quinto litro de helado de chocolate y varias cajas de pizza y media docena de botellas de cerveza se acumulan a tu alrededor puede que ver un maraton de películas románticas o de los capítulos mas melosos de tus sitcoms favoritas te traigan alguna de estas frases a la cabeza: "Extraño a mi ex", "Mesa para uno", "Falta de dignidad", "Sigo besando sapos" o "Soy sexy... en el fondo".

Si en cambio no lograste entrar a la ducha de lo deprimida que estas porque el vago de tu novio (hace 10 años que son novios y ni rastro de un anillo) no entendió ninguna de las (in)directas comerciales o las publicidades, por lo que te quedaste en pijama todo el día, con el pelo grasoso y aliento a dragón esperando que un milagro cayera del cielo, estés pensando en: "Él no escucha" o "Maldito picadito" mientras él te ignora totalmente, aunque al final del día reflexionas en lo afortunada que sos de tenerlo... y seguramente hubieras preferido salir con las chicas.

Si por alguna razón, lejos de tu comprension, te dejaron hace poco y todavía no lo asumiste... en un par de horas te vas a encontrar discutiendo con el barman del primer (y ultimo) bar al que entraste y exclamando: "¡Estoy sobria, sirvame otro!" o, después del quinto tequila, "Me uso para divertirse", "¡No somos sólo amigos!" ó al intentar recordar porque dejaste que te tratará así alguien que te daba asco ver desnudo porque era gordo... y estaba desnudo, lo recuerdas: "Él, al menos, tenía trabajo".

Si, me niego a odiar San Valentin pero ¡no me lo están haciendo fácil!