Puedo imaginar el típico despertador redondo sonando en la mesa de noche y a ti levantandote puntual. Mientras ella te sirve el desayudo tú te cepillas los dientes y piensas en que corbata te pondrás hoy y a veces se te filtra un recuerdo en el pensamiento pero no puedes distinguir a la persona que usaba el cabello largo y barba de tres días.. es porque no puedes recordar el día que empezaste a usar religiosamente esa corbata martes tras martes. Luego de vestirte te despides de los niños, sacas el auto de la cochera y, si lo recuerdas, te volteas a despedirla a ella que te saluda desde la puerta.
Seguramente estas aburrido de tu vida sin suspenso, pero ni siquiera recuerdas cuanto nos entretenía pelear cada mañana para reconciliarnos en las noches o que tan pocas fueron las excusas para dejarnos porque tuvimos miedo de enamorarnos loca y apasionadamente. Te mientes y te dices "si fuera jueves" podrías pasar el día buscando algún asunto en la agenda pero recuerdas que hace meses que tus amigos no te invitan a salir de trampa.
Mientras yo caliento el banco de suplentes y me pregunto porque no merecí la oportunidad de entretenerte un tiempo mas ya que mi equilibrio mental se sostiene del cabo que cuelga de tu saludo.
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