Hoy soy más egoísta que nunca. Hoy no solo me voy a regocijar en mi
propio sufrimiento. No, eso ya no me basta.
Hoy lo comparto y te hago
cómplice, lector.

jueves, 15 de octubre de 2009

¡Se me rompió el despertador!

Hoy en día no tenemos hadas que nos regalen dones al nacer, debemos enfrentarnos al mundo con lo poco (o mucho, en caso de alguna suertuda) que la genética nos de. Y como si fuera poco ni siquiera tenemos la suerte de que el hombre de nuestros sueños se aparezca de la nada cantándonos que somos la mujer de los suyos… ni hablar de que decida abandonar todos sus títulos y riquezas para vivir a nuestro lado y mejor tampoco les recuerdo que no va a aparecer ninguna hada (ya aclaramos el porque) a decirnos que somos las herederas de un reino. No, mejor no digo más.

Lamentablemente las brujas de hoy en día sólo se te hacen las amiguitas para crearte rumores falsos en el trabajo, quitarte el novio, dejar el cartón de la leche vacío en la heladera, “olvidarse” de que ya hace un mes le prestaste los zapatos… y de mas guachadas que sólo las mujeres sabemos hacer. ¿Qué no daría por poder dormir durante 100 años después de uno de esos días en los que simplemente te preguntas “por qué” y no tener que llegar tarde porque se te rompió el despertador? Soñado sería parar el mundo mientras dormimos para no perdernos de nada y que otros se ocupen de nuestros problemas.

Y sin embargo no me es difícil escuchar a un príncipe moderno decir: “¿Por qué tengo que besar a una muerta?”. Y tendría razón, si ni nosotras podemos cargar con nuestra mochila emocional, ¿como esperamos enfrentar el mundo? Yo no quiero ser la esposa un Rey, ¡yo quiero ser Reina!

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