Hoy soy más egoísta que nunca. Hoy no solo me voy a regocijar en mi
propio sufrimiento. No, eso ya no me basta.
Hoy lo comparto y te hago
cómplice, lector.

martes, 13 de julio de 2010

HACIENDO EL BOLSO

Me paro semi desnuda frente a él y lo miro. Lo miro lleno y orgulloso alzándose frente a mi, no se que es lo primero que quiero sacarle por eso me quedo ahí, quieta. No quiero hacerlo, no quiero dejar nada atrás, pero por otro lado "debo". Es importante que lo haga y el tiempo apremia. Vestirse nunca es tan complicado como cuando tenes el ropero lleno. (Si, hablaba del ropero, ¿que pensaban?) Irte nunca es tan difícil como cuando no queres.

Viajo tanto que ya le perdí todo el sentido a "hacer el bolso". Lo hago en neutral, y se que me voy a terminar olvidando de algo... ¿Qué será esta vez? ¿Un libro, el shampoo, el secador de pelo, medias, zapatillas? ¿Algo menos material? Lo que me importa no dejar atrás no lo puedo meter en un bolso, ¿como hago entonces?

Cada vez que lo lleno, se que dejo algo atrás. ¿Qué va a ser esta vez? Cuando me voy me digo "nadie dijo que me quedaría por siempre"... Y se que esta no va a ser la ultima vez. Entonces ¿qué? ¿hago como si no me importara?

1 comentario:

Tropiezos y trapecios dijo...

Yo creo que saber que llevarte siempre es una díficil decisión que normalmente meditamos mucho. Lo que suele ocurrir al final es que se te olvidan la mitad de las cosas que querías llevarte.

Ley de Murphy supongo.

Un saludo.

Oski.